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Stella Calloni (*) _________

Buenos Aires (Prensa Latina).- La historia de la creación de la Agencia Prensa Latina en Cuba, hace 62 años, el 16 de junio de 1959, tiene todas las magias de una auténtica creación revolucionaria.

Ya estaba dada la certeza de que esto habría de suceder, cuando desde la Sierra Maestra, en medio de la heroica lucha de los revolucionarios cubanos, su dirigencia comprendió que la difusión de la verdad de los sucesos era tan importante como el triunfo de las armas. Otra guerra a librar desde esos días y para siempre.

Mucho se ha escrito de aquellos momentos gloriosos y la narración se transforma en una leyenda, riquísima en matices.

El fuego de aquella pasión tan necesaria para crear a pura imaginación este proyecto, iniciativa del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, que lo puso en manos de su querido compañero de lucha, Ernesto Che Guevara, de la comandancia revolucionaria, junto al periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, para surgir como Prensa Latina, Agencia Informativa Latinoamericana,  e iniciar la gran batalla por la verdad contra el enorme aparato mediático del poder imperial.

Masetti llegó a la Sierra Maestra como periodista para entrevistar a aquellos que comenzaban  a ser héroes de una lucha revolucionaria con destellos de toda naturaleza. Fue evidente desde el primer momento que arribó al lugar preciso donde confluían todos sus sueños e inquietudes.

Prensa Latina inauguró sus oficinas en el quinto piso del Ministerio de Salud, en el Vedado, a sólo dos cuadras del hotel Habana Hilton, bautizado por los revolucionarios como Habana Libre, donde se concentró la dirigencia de la Revolución triunfante cuando llegó desde la Sierra Maestra en enero de 1959, rodeados del fervor y amor del pueblo cubano. Esos momentos resultan indescriptibles, aún para los mejores cronistas.

 

Recuerdo cuando conocí, mucho después de su creación, la sede de Prensa Latina, donde aún se podía sentir aquel fuego de los inicios que emanaba de las paredes, de los antiguos escritorios y mesas de trabajo. También estaba la calidez de los periodistas que se integraron con pasión a aquellas tareas de desafiar, nada menos, que a la prensa del poder imperial en el mundo.    El 29 de enero de 1959, en una reunión donde se discutían las campañas de desinformación y su alcance a nivel internacional, Masetti, al mencionar la situación en la región, acusó a las organizaciones internacionales de «legitimar el saqueo de los latinoamericanos».

Señaló que existían «varias vacas sagradas, intocables, que se nutren de América Latina. Una de ellas es la Organización de Estados Americanos (OEA). Nosotros, los latinoamericanos nos preguntamos para qué existe si no es para realizar conferencias que nada resuelven. Otra vaca sagrada es la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Pasaron estos 62 años y las «vacas sagradas» siguen en pie de guerra, pero cada vez más degradadas, y desenmascaradas, mientras Cuba está más acompañada que nunca.

La SIP había previsto que Prensa Latina a lo mejor «podía durar un mes». Es que los grandes dueños de medios, que dejaron de ser medios de información para convertirse en medios de propaganda de guerra de todo tipo, no pueden imaginar lo que es la voluntad de una revolución que los derrotó militar y moralmente.

PRENSA LATINA EN NOTICIAS Y CRÓNICAS

En este 2021, cuando Revolución Cubana enfrenta el permanente terrorismo imperial, que deja muerte y destrucción, y el sitio de guerra- casi 60 años hasta ahora, el bloqueo más largo de la historia universal-, a lo cual se añaden los fenómenos de la naturaleza, cada vez mayor devastada por la ambición de los poderosos, la Revolución, como Prensa Latina, están vivos y asombrando al mundo.

La Revolución Cubana es un modelo de dignidad, de creatividad, de fuerza, de coraje, de imaginación y de principios, entre los que la solidaridad humana aparece como una de las mayores maravillas en tiempos sombríos.

Tiempos cada vez más poblados por la bulla de los pueblos resistiendo, como Cuba, esa isla rodeada del mar Caribe de impactante belleza, y habitada por un pueblo cuya historia ya está escrita y narrada para la eternidad.

En este período histórico, con la gran concentración de los medios de comunicación, para lo cual se gastan millones de dólares por año, porque es un arma más entre las sofisticadas que se fabrican febrilmente para tratar de dominar al mundo entero, ese pequeño e inmenso país, que supera todos los embates del poder imperial, está allí como un hecho que a veces parece hasta irreal. Y Prensa Latina sigue en el mismo frente de lucha.

Ni aún en períodos tormentosos de bloqueo absoluto y de sanciones que continúan aumentando, Estados Unidos logró rendir a ese pueblo, otro hecho inédito en la historia de la humanidad, y tampoco a Prensa Latina, que en las más duras condiciones prosigue su tarea liberadora.

Tiene corresponsales en todo el mundo, que nunca dejaron a la intemperie a los pueblos olvidados, descartados, a los que sufren guerras, intervenciones, hambre y todas las miserias de la injusticia.

Los hemos visto en lugares inhóspitos -como a los médicos y los maestros cubanos- donde los peligros acechan. Allí estuvo y está Prensa Latina, como también en los triunfos, en los despertares populares, como un símbolo que hizo posible otros nacimientos.

Esas luchas narradas en noticias y crónicas surgen desde oficinas sencillas y austeras de corresponsales, redactores, fotógrafos y trabajadores en todos los niveles, quienes saben que escriben también por y para los pueblos hermanos, con profundo sentido de solidaridad y responsabilidad revolucionaria.

La Agencia Prensa Latina, como la Casa de las Américas y otras entidades cubanas, son más que nunca en estos tiempos junto a otras experiencias nacidas de su ejemplo, la gran irradiación cultural que demuestra cómo el poder de la imaginación y la convicción revolucionaria pueden ayudar en las luchas justas.

Ni los duros períodos especiales enfrentados ante el agravamiento del bloqueo que es un crimen de lesa humanidad, pueden detener esa marcha. Consiguen hacer mucho daño, pero Cuba no está sola.

CONTRA LA MANIPULACIÓN Y LA MENTIRA

Prensa Latina, como otras creaciones revolucionarias, sembró la semilla y el nacimiento de nuevas alternativas de comunicación en varios países, y en movimientos de jóvenes no atrapados por la propaganda.

Cada día más periodistas que surgen de universidades se incorporan al combate cotidiano contra la desinformación, disputando redes, haciendo un periodismo de resistencia, de liberación, cada vez más activo ante los proyectos de recolonización de Nuestra América.

También sucede en el sector de la cinematografía donde tiene relevancia el cine documental, las radios, televisión y videos en la web, pero aún no hemos dado el paso gigante de salir a pelear ante el mundo el derecho de los pueblos a ser informados verazmente, como un derecho humano adquirido tal como figura en organismos internacionales, cuando todo esto está siendo violentado.

Esto significa unir a los organismos de Derechos Humanos, sociales, políticos para conjuntamente elaborar país por país un documento conjunto que contenga la historia de los daños y crímenes cometidos por los reproductores de información falsa, utilizada para las guerras psicológicas ahora llamadas de Cuarta Generación y que preceden toda actividad criminal contra nuestros países.

En estos momentos Prensa Latina combate en varios frentes contra la manipulación y la mentira, mientras se debaten las nuevas alternativas, al observar que en estos tiempos de pandemia de Covid-19, en varios países, los pueblos en las calles derrotaron la mentira tan costosa para el poder hegemónico y sus fundaciones y ONG, parte activa de la guerra contrainsurgente.

Durante un acto emocionante la víspera en Prensa Latina, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) felicitó al colectivo de la Agencia en el aniversario 62 de su fundación y la distinguió por su labor al servicio de la verdad.

Destacó cómo en el marco de la temible pandemia que azota al mundo continuó funcionando durante las 24 horas del día y se convirtió en el sitio cubano con más tráfico en la web.

Por todo esto el agradecimiento y el abrazo solidario a Nuestra Prensa Latina, nuestra voz en el mundo, la voz de los pueblos que nadie ha podido silenciar.

(*) Prestigiosa escritora, periodista y analista internacional argentina. Premio Latinoamericano de Periodismo ‘José Martí’ (1986).