Regreso a clases, ¿así?

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El otro dato

Juan Chávez ________

El regreso a clases presenciales el lunes próximo, me parece exacerbado, máxime cuando los niños y jóvenes que deberán estar en las aulas, no han sido vacunados.

La variante Delta sigue creciendo en forma acelerada en México y no hay duda de que la movilidad que originará la apertura de los planteles educativos, será campo propicio para nuevos y numerosos contagios.

 Se pueden disparar las infecciones no solo por la interacción entre los estudiantes que se va a dar en aulas y en escuelas, sino por la movilidad física de los padres de familia que implicará el traslado de los niños y jóvenes, y por la posible difusión del virus a segmentos vulnerables, cuando los niños y jóvenes regresen de sus aulas y vayan a sus casas.

Además, en la Ciudad de México el 26% de los contagios son en menores de 18 años, de acuerdo con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).

Conforme al informe más reciente del organismo, dependiente de la secretaría de Gobernación, de abril de 2020 al 8 de agosto de este año, 15 mil 841 niños, niñas y adolescentes residentes de la capital habían enfermado de SARS-CoV-2, lo que representa 1.94% del total de contagios que ese día se tenían en esta ciudad y que ascendían a 815 mil 833.

Con esta cifra, la capital se coloca en el primer lugar a nivel nacional con más menores diagnosticados con SARS-CoV-2, seguido por Tabasco, con seis mil 096 casos; Guanajuato, con cinco mil 322; Estado de México, con cuatro mil 557; y Nuevo León, con tres mil 114.

El informe del Sipinna detalla que las víctimas tenían de 0 a 17 años.

Al participar en la mesa virtual de análisis ‘Regreso a clases y el momento de la pandemia en México’, organizado por la organización Pensando en México, José Narro Robles, exrector de la UNAM, sostuvo que “no están dadas las condiciones para volver a clases; se tiene que trabajar aún mucho para generar esas condiciones”.

Muchas escuelas, por otra parte, carecen de los servicios indispensables y cerca de 70 mil ni siquiera cuentan con agua potable. ¿Cómo se lavarán las manos los escolapios?

El récord de nuevos casos diarios desde que la pandemia se registró en México el febrero de 2020, se presentó el pasado 18 de agosto, al reportarse 28 mil 953 casos.

El número de nuevos contagios diarios (expresado en promedios de siete días) está en 654 mil 761, un crecimiento de 82 por ciento desde el punto mínimo de esta tercera ola, que se presentó a partir del pasado 22 de junio.

Es de esperarse que, con el regreso a clases, las cifras se disparen y probablemente nos acerquemos o incluso rebasemos el 100 por ciento de la movilidad respecto a enero de 2020.

Si tuviéramos una población vacunada de modo generalizado, no habría mayor problema. Pero, no es así.

En México, los padres de los niños vacunados han tenido que recurrir al amparo para que la justicia ordene vacunar a los menores. Esta semana una niña de 13 años, recibió el bilógico en Baja California y otros dos niños de Oaxaca recibieron también la vacuna vía amparo judicial.

¿Entonces lo mejor es que no hubiera clases presenciales?

No, lo mejor es que se hubieran tomado las medidas para garantizar un retorno seguro a las aulas.

Desde que terminó el anterior ciclo escolar debería haberse hecho un censo de planteles para determinar las inversiones requeridas para un eventual retorno a clases presenciales.

En lugar de un decálogo hecho en las rodillas, que luego dejaron en nueve recomendaciones, debieron haberse trabajado con expertos los lineamientos y protocolos detallados, para saber en qué casos sí y en qué casos no reactivar las clases presenciales. Además de fijar las acciones a tomar en caso de brotes.

Pero imperó el irresponsable “llueva, truene o relampaguee”, el 30 de agosto se abren las clases presenciales.

¿Qué va a pasar ahora?

Si tenemos suerte, habrá contagios aislados y ojalá que pueda darse un manejo sensato de ellos.

Si no la tenemos, podríamos ver el inicio de una cuarta ola, de la que van a decir las autoridades que se debe a cualquier otra razón, pero no a la mala ejecución del retorno a las aulas.

El gran reto para México es lo que va a pasar a partir del 30 de agosto.

Prendamos las veladoras.

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