.- Mientras el Peje Lagarto sigue haciendo ridículos mundiales, la figura de Cuauhtémoc Cárdenas en el extranjero se robustece.
Blas A. Buendía * ______
El perfil profesional entre Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador es completamente abismal.
Deben haber razones en alguna medida porque, indisputablemente, el asunto del “oclocratismo” (el poder de la muchedumbre, masa o gentío, con proyección al desastre —como lo interpretara el historiador griego Polibio—), comparativamente retomó esa carrera el régimen de Cárdenas, aunque en medida restrictiva, ese fenómeno ya lo existía en el priismo a nivel nacional.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano es un ingeniero civil y político izquierdista mexicano. Fue jefe de gobierno del Distrito Federal, candidato a la presidencia de la República en tres ocasiones, mismas que perdió supuestamente de forma fraudulenta, cuando la Mafia del Poder ostentaba la Presidencia de México.
En 1997 Cuauhtémoc Cárdenas ganó la elección del entonces Distrito Federal, con una mayoría aplastante en la Asamblea Legislativa del DF, pero muy rápido resultó que, en aras del triunfo y de acomodar «marginados», entró mucha gentuza, lo mismo al gobierno capitalino que al histórico recinto de Donceles y Allende, hoy Congreso de la Ciudad de México.
Pero fue, consideremos, «accidental». Desde su mansión en las Lomas de Chapultepec —un suburbio donde viven los potentados—, Cuauhtémoc Cárdenas podía darse el lujo de una, digamos, «hipóstasis» en el sentido de que «si eran gente del pueblo despreciable para los riquillos, pues eran gente pura e inocente».
En tanto, Andrés Manuel López Obrador, alias el Peje Lagarto, a su pesar, no creció en una mansión de los suburbios más exclusivos de la capital dela República, sino en paupérrima vivienda en el estado de Tabasco, que con el devenir de los tiempos y tempestades, se convirtió en un predio en ruinas.
Siendo hijo de un comerciante en pequeño, que se maravillaba por las calificaciones sobresalientes de su hijo mayor (José Ramón), el otro hijo, con los años fue degenerando su origen y su naturaleza, reprobaba alto porcentaje de las materias universitarias que, un día (chamaco imberbe) tuvo en sus manos una pistola… y solucionó el problema. Es decir, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el fratricida de Tepetitán, en el Caín de Mauspana. Había asesinado de un balazo a su consanguíneo, por celos.
Si bien Cuauhtémoc Cárdenas nació y se crio en pañales de seda, su nivel social siempre ha sido de la plutocracia. No tiene rencores ni complejos, porque desde niño ha viajado por el mundo cuando sus padres Lázaro Cárdenas del Río y Doña Amalia Solórzano, tenían el poder en sus manos. Poseían de todo, pero rodeados del lastre, de esos andrajosos que deambulan ebrios para no sentir “la recia” del dolor de su fracaso como seres humanos.
Cuauhtémoc Cárdenas es un gran personaje mundial desde endenantes, que muy a pesar de los pesares, el Peje Lagarto sigue haciendo ridículos mundiales y el hazmerreír de la farándula presidencial de México. Presumen que el famoso AMLO no nació en México, sino que las tierras de El Salvador, lo vio nacer el 13 de noviembre de 1953. Otros dicen que fue en 1949.
Lo cierto, y la sociedad plenamente lo reconoce, la figura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en el extranjero se robustece. En el ámbito doméstico, se le observa como un político de avanzada, emanado de las filas del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional.
Quien reniegue que el PRI es el padre y abuelo de todos los partidos políticos que lo rodean, es porque, simplemente, están inscritos en el régimen de pensiones del Banco del Bienestar, no por humillar a los chairos y “siervos de la nación”, porque todo México dice que es verdad.
Reportero Free Lance *
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021