Adán Juárez __________
A VER, A VER… Érase que un «falso mesías» habitaba en un ostentoso palacio virreinal, asentado sobre las ruinas de lo que fue la Gran Tenochtitlán, donde un día sí y otro también al despertarse corría hacia un gran espejo para pronunciar sus famosas palabras: ¡Espejito, espejito, dime quién es el más hermoso y tenebroso!.
-Tùuu, mi amo… Eres blanco y puro, resonaba la respuesta en su cabecita de algodón.
Pero un día 5 de julio de 2021, un periodista conservador, fifí, irreverente, venido de tierras lejanas del norte del país le echó a perder el día, al grado que le generó más arrugas sobre las arrugas en su rostro. ¡Virgen santísima! diría mi tía Sara-Lupe.
-Como periodistas independientes, usted sabe que parte de nuestra labor es venir a cuestionarlo; somos contrapoder, así como lo hicimos con otros presidentes antes, razonó Jorge Ramos.
Mientras explicaba el periodista conocido de norte a sur y del Golfo al Pacifico, el rey de palacio apretaba las mandíbulas y se ponía en guardia listo para recibir los puyazos.
– Estuve aquí en una mañanera de enero del 2020, para preguntarle sobre la terrible ola de violencia y usted me dijo: «Este año va a haber resultados…Pero después de un año hay resultados pero muy negativos».
Luego de este gancho al hígado, vino otro más:
-Su gobierno está en camino a convertirse en el más violento en la historia moderna de México. Más de 86 mil muertos desde que tomó posesión. Si sigue así, va a haber más muertos que con Peña Nieto y Calderón, juntos.
«El falso mesías», abría los ojos y hacía gestos. Al parecer no podía contener su ira contra ese periodista infame
-Fuera de la burbuja de palacio nacional, continuó Jorge Ramos, el país no está en paz y tranquilidad. Le están matando casi a 100 mexicanos…Ya lleva casi la mitad de su gobierno y sigue todavía culpando a los ex presidentes por lo que usted no ha podido hacer…
Y le lanzó la primera pregunta: ¿Su estrategia de abrazos y no balazos ha sido un verdadero fracaso…?
-Yo no coincido contigo…Hemos avanzado. Ahora sí que tengo otros datos, y no es una burbuja, intentó defenderse el rey de palacio.
Y en lugar de mostrar sus otros datos verídicos, atacó: «Lamento mucho que un periodista como tú, esté desinformado…»
A esta respuesta, Jorge Ramos le respondió que la información que tenía en sus manos era la misma obtenida de su gobierno.
Y tras este zipizape, continuó: No puede decir que tiene 100 muertos diarios y que esto es un éxito…
Cuando sintió no sólo lo duro sino lo tupido, espetó: «Ya eso baja el nivel del debate…»
Si bien, el inquilino de palacio nacional, custodiado por militares armados hasta los dientes, intenta marear con sus homilías mañaneras a los mexicanos de buen corazón, lo cierto es que entre los organismos de seguridad nacional e internacional, ya se prendieron los focos rojos.
Acostumbrado a las medias verdades, el gobierno de Joe Biden no se chupa el dedo y trae entre los ojos al gobierno de la 4T, que al parecer se ha convertido en un vidrio en el zapato, se dice en la embajada de EU en México. .
A la Casa Blanca le preocupa seriamente, según se observa por las visitas de altos funcionarios de la CIA y del Pentágono y que se reflejan en las preguntas del periodista Jorge Ramos, pues eso de «abrazos y no balazos» sólo es un pretexto para instaurar un narco -gobierno en nuestro país.
Más allá de los malquerientes de Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, hay que tomar muy en serio las pruebas que trae en las manos sobre la presencia activa de la delincuencia en apoyo de candidatos de Morena.
Aureoles, dice: Si no paramos esto ahora, vamos a tener un presidente impuesto por el crimen organizado.
Cierto. En ese sinuoso camino operan el CJNG y el Cártel de Sinaloa que, ya lo vimos este pasado 6 de junio, tienen la fuerza contundente para imponer a candidatos de su preferencia.
Los apoyos descarados a los candidatos de Morena en Sonora, Sinaloa, San Luis Potosí, Baja California, Guerrero, Colima, Nayarit, son una realidad lacerante.
Advierte Aureoles, si no se detienen a tiempo podrían imponer hasta a Ovidio Guzmán, como presidente de la República. ¡Imagínense!