Ntx, un buen ejemplo

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Roberto Cienfuegos J. _________

La crisis de Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, es un buen ejemplo de lo que en diversos ámbitos del país está generando la llamada Cuarta Transformación, cuyo líder máximo cada vez se ve más agobiado por la cauda de problemas irresueltos en estos prácticamente tres años de gestión. Vea si no.

Recién y aún antes de asumir el cargo en marzo de 2019, la hoy titular de Notimex prometió transformar ese medio público nacional en el mejor de habla hispana. La promesa consta en diversas publicaciones. Hubo mucha gente que creyó en una nueva y esperanzadora época para Notimex, un medio público con más de medio siglo de historia.

Es cierto, Notimex nunca alcanzó a transformarse en una auténtica agencia noticiosa internacional, como fue el objetivo de numerosas gestiones a lo largo de varios decenios. En el mejor de los casos, Notimex constituía una agencia noticiosa nacional con presencia internacional.

Nunca pudo, por diversos motivos y razones que sería prolijo examinar en este breve espacio, alcanzar la estatura de agencias noticiosas internacionales como si lo son, incluso desde su fundación la francesa France Press, la italiana Ansa, la española Efe, incluso la alemana DPA y la china Xinhua, la estadunidense Ap, o la británica Reuters, por citar algunas entre las de mayor influencia global. También fue una agencia noticiosa mundial la extinta United Press International (UPI), que comenzó el declive que más tarde la llevó a su desaparición a partir de la venta de su impresionantes archivos y materiales fotográficos, una operación que impulsó y mucho a la estadunidense AP.

No fue el caso muy lamentablemente de Notimex, que surgió en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1968 en México. Aun cuando en varios momentos de su historia se hicieron esfuerzos serios y financiados desde siempre con fondos públicos por internacionalizar a Notimex, ésta no alcanzó su punto óptimo. Aún así, logró avanzar en el esfuerzo de abrir corresponsalías en un buen número de países, con periodistas contratados directamente y al servicio de la Agencia, y sin embargo, las crisis económicas y financieras de México mucho afectaron este esfuerzo de Notimex, que no por ello dejó de proyectarse incluso en algunos países del mundo como un escaparate noticioso y más todavía en México, donde resultaba útil a numerosos medios mexicanos, especialmente en el interior del país donde construyó una red de clientes fijos y resultó útil.

Igual de cierto es que Notimex tuvo problemas para transformarse en un verdadero órgano periodístico al servicio del Estado mexicano, en parte porque algunos de sus directores no entendieron la diferencia esencial entre un medio de servicio al Estado y uno restringido o acotado por el gobierno de turno. Intentos y sobre todo propuestas para entender y sobre todo llevar a cabo esta diferencia, las hubo, pero con mala suerte y peor comprensión del tema. Esto aún y cuando se intentó de manera seria a partir especialmente de su transformación entre los años del 2005 y 2010 en una agencia de Estado, y no al servicio del gobierno de turno. Tampoco se logró, pero la vida de la Agencia se mantenía, aun fuera con altibajos.

El hecho de que en 2018 accediera al poder un nuevo gobierno con un proyecto anunciado como de hondo calado transformador hizo pensar a muchos -tal vez ingenua aunque esperanzadoramente- que se abría la oportunidad para que Notimex pasara a una etapa nueva e inédita. Se creyó que finalmente vendrían nuevos y mejores tiempos para un medio que constituía una plataforma importante de servicios periodísticos a escala nacional y que podría haberse consolidado en una auténtica agencia noticiosa internacional.

¡Oh desilusión, triste como todas ellas! El signo de este nuevo tiempo ha resultado en el conflicto, el abuso, la descalificación, la estigmatización, el discurso anticorrupción -un recurso infalible y excelente en esta época-, la persecución, el vejamen como práctica, el ejercicio del poder sin más razón que el poder, y en fin, muchas otras prácticas que han lesionado a la Agencia hasta ponerla en una situación límite, de desprestigio y de hecho, a un paso de su extinción. Notimex es hoy un medio prácticamente muerto, una vez que ya pasó la etapa del desahucio, en medio de una huelga con desenlace de pronóstico reservado. La contumacia y el poder irracional suelen ser una fórmula letal. Pronto se verá. Y más pronto, la semana próxima, veremos si un atisbo de razón puede marcar la diferencia cuando sesione la Junta de Gobierno, el máximo órgano decisorio de la Agencia. ¿Águila o sol? O para decirlo mejor: ¿Luna o sol? Dicho de otra forma: ¿el poder y la contumacia o la razón y el entendimiento? La 4T tiene la palabra para empujar una solución a una huelga que ya entró en su segundo año sólo por tozudez.

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