.- Pura indignidad; han calificado a López Obrador ser un auténtico y legítimo “ignorante orgánico”, lo que viene a significar que México, lamentablemente, lo ha conducido a un Estado fallido ante el concierto internacional.
.- La comunidad de abogados jamás permitirá que las sinrazones jurídicas del Presidente de la República sigan destrozando la institucionalidad de los mexicanos.
Blas A. Buendía * _____________
Al advertir que “México necesita un gobierno de juristas”, Alberto Woolrich Ortiz afirmó que el 136 constitucional -que es el último eslabón de nuestra sagrada Carta Magna-, no tiene vuelta de hoja, el cual tiene las bases espirituales y civiles para desatarse de esas “cadenas rebeldes invisibles” que pretenden dominarlo y humillarlo más allá de lo intolerable.
Es tan exacto ese 136 que permitirá que México ya no sea secuestrado por camarillas y grupos facciosos provenientes de una falsa «fuerza de izquierda», incluso los constitucionalistas tienen la gran calidad moral de restregarle en sus narices al Ejecutivo para que se abstenga, violando –con placer de marras-, el espíritu de nuestra Ley Fundamental, dominante de nuestra Suprema de Nación.
Si bien infinidad de agentes políticos, sociales, académicos, empresariales, religiosos y líderes de la clase obrera, tienen el derecho de exigir y hasta de “bombardear al Ejecutivo” con el razonamiento jurídico para que éste despierte de su indolente y patética ignorancia supina, para enfocarse en la congruencia.
Ese «Mesías falso» ya no sabe qué justificación pretende darle al pueblo desde sus sermones mañanero de Palacio Nacional. Han calificado a López Obrador ser un auténtico y legítimo “ignorante orgánico”, lo que viene a significar que México, lamentablemente, lo ha conducido a un Estado fallido ante el concierto internacional.
La reciente visita de Estado que hiciera a México la vice presidenta Kamala Harris, esta bella funcionaria que asemeja una “morenita del Tepeyac” al muy estilo gringo, según despachos de la prensa internacional revelan que la funcionaria vino a tierras mexicanas para “jalarle las orejas” y a “leerle la cartilla” al “camarada” y aprendiz de comunista Andrés Manuel López Obrador, a fin de que ya no siga actuando como un nefasto dictador, sino que respete a todas esas agrupaciones políticas y sociales que lucha por el enriquecimiento de la democracia.
Y más aún, México como país vecino, Estados Unidos de Norteamérica ya inició una estratagema política para apoyar a los gremios liberales que buscan desprenderse de las ataduras invisibles de la sombra del comunismo, so pena que a estas alturas del nuevo milenio, las sociedades del mundo sigan dormidas e indolentes que “no den cuenta” de los peligros que se guarnecen entre esos grilletes de la oclocracia ensombrecieron al pasado del mundo entero.
Al respecto, el prestigiado abogado penalista Alberto Woolrich Ortiz, en su calidad de presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A. C., precisa que la famosa 4T, que es la Cuarta Transformación de la Nación obradorista, solo se ha caracterizado en mantener un estatus de promesas, todas incumplidas.
Una política de los decires, la real, la de las ocurrencias, la de la ilegalidad, la de la impunidad, la que impone la sumisión y no sólo esa, sino la de innumerables desviaciones de la misma; la de la obediencia servil que se inclina para pisotear a nuestra Constitución, la de la inadaptación, la de brindar protección a los forajidos y tantas otras desviaciones y formas de un tronco común, han hecho posible la esencia de la esperanza en un cambio radical para salvar a México.
Hace ya muchos siglos un pensador predijo lo que iba a ocurrir después de las elecciones federales intermedias de junio/2021 en México, puntualizando: “Creía inminente el advenimiento glorioso de la justicia al fin de los tiempos”. Nadie con la autoridad moral suficiente podrá negar lo antepuesto, precisa el jurisconsulto.
Ahora ya casi tocándole los talones a las próximas elecciones para designar a un futuro presidente para México (2024-2030), tampoco se avizora que haya un personaje político o de donde provenga, pudiera salvar a nuestra Patria, “sin embargo, estoy cierto que muchos juristas, mediante la ley pueden obtener la justicia, la del advenimiento”, subraya el talentoso penalista y político.
Pero como ese hecho que se desea, al parecer alarga su llegada, en demérito de tantas necesidades de la ley y de la justicia, los mexicanos, los juristas, nos conformamos con el hecho de que a pesar de tantas sinrazones jurídicas jamás se permitirá que se logre prorrogar el mandato, encargo o encomienda del Magistrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Arturo Zaldívar Lelo de Larrea), no obstante la publicación de la ley que lo ordena.
Todos los abogados de la República –aseveró- y sin excepción alguna, sabemos desde siempre que tanto en el Partido Revolucionario Institucional, como en el Partido Acción Nacional, como en el Partido de la Revolución Democrática, ni por mucho menos del Movimiento de Renovación Nacional, ni cualquier otro partido satélite de ellos, jamás ha sido ni será instituto de juristas, y si de simuladores y contumaces violadores de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
“La cultura jurídica ha sido escasa, pero hablando con claridad, también tengo que reconocer que han habido muy honrosas excepciones, como lo son Jesús Reyes Heroles del PRI; Antonio de Ibarrola del PAN, Emilio Krieger Vázquez del PRD y Bernardo Batiz de MORENA, todos ellos conocen a la perfección de Teoría del Estado, del Derecho Constitucional y no obstante su proclividad al poder público, no se hubiera ninguno de ellos atrevido a recomendar que se pisoteara nuestra Ley de Leyes, permitiéndole al tal Ministro Zaldívar incrementar el tiempo de su encargo constitucional”, sentenció.
Y puntualizó: “A los miembros de MORENA, sus diputados y senadores y de manera especial a Andrés Manuel López Obrador, que se vanaglorian por éste nefasto acontecimiento, les recuerdo que ese transitorio en la ley les cubre de ignominia, la cual nos afecta a todos los mexicanos”.
Nuestra Carta Magna –celebra el abogado Woolrich- contiene el espíritu de inviolabilidad de la misma y por ello a toda esa ignorancia se les hace saber que uno de los principios fundamentales que el Legislador Constituyente plasmó en el espíritu de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, indiscutiblemente es el principio de inviolabilidad.
Desde un punto de vista jurídico, nuestro Pacto Federal no puede nunca contravenirse, la eficacia normativa de los preceptos en ella contenida, bajo ninguna circunstancia se pueden considerar idílicos, románticos e inútiles, sus mandatos son los que le dan fuerza y poder al Estado.
La Constitución es la Ley Fundamental y Suprema de la Nación, ya que es la que implica la base sobre la que se sustenta todo nuestro régimen jurídico, al establecer las normas torales que rigen la vida del Estado, nuestra Constitución no es un mero documento histórico jurídico formal, es el fundamento del Derecho.
Nuestro Legislador del 17, en el arábigo 136 asentó: “Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se reestablecerá su observancia y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta”.
Finalmente, el licenciado Alberto Woolrich Ortiz, anunció: “El Precepto Constitucional transcrito en su oportunidad dará origen a una columna diversa la cual titularé como El Constituyente Revolucionario. ¡Es cuanto…!”
Reportero Free Lance *