Gillian Turner ______
Un grupo de peluqueras (y también peluqueros) se alistan para un concurso regional de peinados. Están las peluqueras: Cleve, mal hablada, violenta y con un problema con el manejo de ira; Divine, que ha encontrado la religión; Kendra, quien dicen las malas lenguas hace trampa para ganar los concursos. Están las modelos: Inez, Etsy, Angie y Timba. Y están los peluqueros: Ángel ahora algo retirado, padre de un bebé llamado Pablo, René, ex peluquero, ahora organizador de las competencias, y Mosca, el compañero de Ángel. ¡Whoops! Olvídense de Mosca. Después de trabajar arduamente siete horas perfeccionando un exótico peinado, Mosca deja que su modelo Timba salga a buscar un bocadillo. Cuando Timba regresa, encuentra a Mosca tirado … ¡y con la cabellera arrancada! No solo eso, la cabellera ha desaparecido.
La trama gira alrededor del muerto, del supuesto homicidio, de los posibles sospechosos(a). La policía ya ha llegado. Los detectives “están arriba”, aunque nunca los vemos; es como si fueran otro aspecto del misterio. Afloran los chismes, las acusaciones, las indirectas, el “sospechosismo”.
El ambiente es claustrofóbico. Nadie sale más que al estacionamiento de esta especie de auditorio de espectáculos donde se celebra el concurso. Por lo demás, están los camerinos, los baños, la cafetería desierta donde solamente funcionan las máquinas expendedoras, y los eternos pasillos, callejones aparentemente sin salida, escaleras para arriba y para abajo. La cámara sigue los personajes mientras recorren los pasillos, en un plano secuencia interminable, que realza aún más la sensación de encierro.
La película es una especie de “thriller” tragicómico, con toques del clásico humor negro británico. Hay sospechosos y sospechosas doquier, diálogos divertidísimos, groseros – aquí las mujeres definitivamente tienen la palabra. El final es una sorpresa. ¡Y no vayan a perder el baile al final-final! Es espectacular, como el final tradicional de una comedia musical, con todos los personajes sobre el escenario, bailando y cantando a todo pulmón.
Medusa Deluxe es el primer largometraje del británico Thomas Hardiman, quien también escribió el guion. Dice que siempre le ha fascinado el mundo de la peluquería, y hasta dedica su película “a todos los peluqueros del mundo”.
Robbie Ryan, el cinematógrafo, hace maravillas con el “steadicam”, entrelazando las escenas en los camerinos con largos viajes por el laberinto de los pasillos.
Toby Williams es el Supervisor de la Música, y encabeza un formidable equipo de sonido. La música de la película (y el sonido en general), está muy bien lograda – poca, siempre en el momento indicado, con sonidos alusivos que aumentan la tensión, pero nunca la rebasa.
Por lo demás, se ve que todo el reparto, femenino y masculino, se divirtió al máximo. Medusa se filmó en el norte de Inglaterra a finales de 2020, cuando todavía había problemas de confinamiento a causa de Covid. Quizás esto contribuye a la atmósfera de desinhibición desenfrenada, energía y vitalidad que da tanto ímpetu a la película.