Impunemente, López Obrador denigra las filas castrenses

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.- El anciano de Palacio Nacional ha transformado en “cobardes” a miembros del Ejército y la Marina.

Blas A. Buendía * _______

La denuncia pública del general en retiro Mauricio Ávila Medina que tuvo la bravura de demostrar el descontento que existe al interior de las filas de las fuerzas armadas por el uso que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha degradado la vida institucional del Ejercito Mexicano y de la Marina, no tiene nombre porque se palpa que el Ejecutivo no le tiene amor ni respeto a México.

Generales de División, unos en el servicio activo y otros en situación de retiro, han demostrado en privado y en público, el malestar que existe en el personal castrense el cual día con día se muestra temeroso y medroso, temblándole hasta las corvas por no enfrentarse con el narcotráfico.

Las tensiones y malestar al interior de los altos mandos son crecientes. Es difícil, prácticamente imposible, conocer el número de refractarios, pero es considerable, porque saben que darlo a conocer les podría traerles represalias por parte del General Secretario Luis Crescencio Sandoval, quien ha demostrado ser incondicional al “Jefe Máximo”, por sobre la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Ante la humillación, no solo del presidente sino de la población en general que se siente agredida, que las fuerzas armadas se sienten totalmente desarmadas; que el comportamiento soez del presidente, infinidad de núcleos sociales e intelectuales, se sienten con justa razón muy ofendidos, debido a la orden cobarde de “abrazos y no balazos”. Ese enunciado ha imposibilitado a los miembros del “pueblo uniformado y armado” a usar la fuerza letal ante las continuas emboscadas del crimen organizado, sufriendo bajas importantes.

La sociedad aún recuerda la recurrente y grotesca declaración del tabasqueño en el sentido de “si por mí fuera, desaparecería al Ejercito Mexicano”, o aquella otra consigna de “a mí no me vengan que la ley es la ley”, ideas que convergen para tomar forma ante la iniciativa de incorporar a los miembros de la Guardia Nacional, y ser un apéndice más en las filas de la SEDENA.

Los divisionarios no comparten la idea presidencial de que los miembros del Ejercito Mexicano pudieran ser parte de los negocios, constructores de obras civiles y titulares de empresas de lucro, como la administración del aeropuerto militar Felipe Ángeles, que no es aeropuerto sino una central avionera de ínfima calidad, convertido por capricho del mandatario en “aeropuerto civil”, cuya obra nació muerta con un declive en su credibilidad del anciano de Palacio Nacional.

Existe el antecedente que en naciones donde el Ejército es incorporado en el mundo de los negocios, los militares de alto rengo se han corrompido, dándose casos de descomposición entre los militares de tres estrellas.

La fase nacional emitida por castrenses, “¡Por el honor de México…!”, prácticamente se perdió en el limbo de la demagogia, donde utópicamente el crimen organizado ha hecho y deshecho de los militares lo que quieren. La vox populi reprueba ese tipo de aconteceres porque ¿ahora con qué cara los miembros del Ejército Mexicano y de la Armada de México, podrán apoteóticamente gritar esa consigna del valor castrense?

El pueblo armado y uniformado por su lealtad y disciplina no ha protestado abiertamente el hecho de que sea utilizado como personal “mil usos” —eso expresan en voz baja— que para los entendidos, los denigra y los rebaja, debido a que las funciones de los militares son de otra índole.

Los soldados están capacitados para desarrollar otro tipo de operaciones estratégicas del orden nacional, y responsabilidades en defensa de la Patria.

Ahora el Ejército se desgasta en actividades que no le corresponden y deja de lado las que les son económicamente sustantivas. Los Generales corruptos han creado de esas H. Instituciones en un apéndices del crimen organizado, que ante las críticas presentadas en la víspera por el general Mauricio Ávila, en contra del régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador, pareciera que éste comenzó afilar la guillotina de la justicia militar.

En este sentido, resulta que la Fiscalía de Justicia Militar (FGJM) convocó al general en retiro a presentarse y emitir sus juicios ante “el gorilismo verde y olivo” el viernes siete de julio, pero como se sabe, la sociedad a la que se sumaron también las barras de abogados, colegios de abogados, abogados penalistas, abogados constitucionalistas y agentes políticos insertados en la esfera de partidos con adscripción oficial en el Instituto Nacional Electoral (INE), coincidieron que se trataba de una emboscada militar en contra del General.

La estrategia de sus defensores fue de excelencia, toda vez que si bien el descontento dado a conocer por el general Mauricio Ávila Medina, en lugar de hacer acto de presencia ante la FGJM, ésta se quedó con un olímpico palmo de narices.

La supuesta “indisciplina” de criticar e instar a desobedecer las órdenes del jefe máximo de las fuerzas armadas por conducir al gobierno mexicano por el sendero de la vergüenza mundial, el general de Brigada en retiro Mauricio Ávila Medina compareció por escrito ante la FGJM, la cual lo citó como “indiciado” (llámese futuro preso político militar) tras las críticas que realizó a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ana Xóchitl Ávila, hija del mando militar, fue quien entregó el escrito ante el fiscal adjunto de Justicia Militar, coronel José Rosario Aragón Valenzuela, quien le confirmó la existencia de una denuncia y de una investigación contra su padre relacionada con la publicación de videos en redes sociales. Reveló que le denegaron el acceso a la Carpeta de Investigación, pero confió que “de este asunto salga algo de provecho para México”.

La defensa del C. Mauricio Ávila Medina, en su calidad de militar mexicano, calificó de improcedente que se le exija al general comparecer ante el Ministerio Público Militar, como servidor público o como cualquier persona de las que están obligadas a suministrar información al Ministerio Público. Aseguró que Ávila Medina se encuentra en una situación de incertidumbre jurídica y de indefensión.

La comparecencia del general en retiro estuvo programada aquel viernes a las 9:00 horas que, sujetándose a las leyes civiles y militares, si bien no asistió, su hija fue quien presentó su declaración por escrito.

Avergüenzan los besos de Andrés

Pese a todo ello, la fallida estrategia presidencial de seguridad “abrazos por balazos” y la orden de que no se debe usar la fuerza porque genera más violencia, dejó en evidencia su intolerancia oclocrática en contra de quien está en contra de la Cuarta Transformación.

A militares divisionarios les molesta que tengan que cumplir las absurdas instrucciones de López Obrador”, mientras avanza el crimen organizado, que ya tiene presencia en gran parte del territorio nacional, es decir, en más del 35%.

La expresión del tabasqueño de que los criminales (ladrones y asesinos) se les debe tener todo género de consideraciones “porque también son seres humanos”, es otro de sus crueles y malsanos despropósitos, es decir, mientras Andrés Manuel López Obrador siga como presidente, nunca dejara de ser un auténtico y legítimo ¡Peligro para México!

De tal suerte que ofenden las concesiones que el presidente hace al narco-crimen en aras de supuestamente “alcanzar la paz”.

Debe ser muy humillante ser militar y observar que se ofenda, agreda y hasta expulse con lujo de violencia e insultos a los elementos de las Armas Nacionales de regiones enteras dentro del territorio nacional.

Además, algunas declaraciones del secretario de la Defensa Nacional desagradan a no pocos en retiro.

Recuerdan que fue imposición del presidente de la República, ya que Sandoval no estaba en la lista de los Generales de División con los méritos suficientes para alcanzar las cuatro estrellas, que identifican al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.

El Ejército Mexicano, como institución del Estado, no debe tomar partido por ninguna de las fuerzas políticas del país. En su concepción, los militares no deben tener una posición política partidaria y están al servicio de toda la sociedad y no solo de una parte de ella.

Lo único que está deformando de las instituciones castrenses, es su intromisión, su actitud ufana de omisión, transformar a militares como corruptos —los cuales están a la vista del pueblo mexicano— que, para rematar, el Ejército y la Marina no tardarán en admitir que ya fueron vinculados por el narco crimen organizado, donde López Obrador es el nuevo padrino de las mafias del poder en México.

En redes sociales, ante la víspera de que la Justicia Militar llamara a cuentas al General Mauricio Ávila Medina, corrió como mecha encendida el llamado de la ciudadanía para apoyarlo y trazar una línea de defensa a ultranza, al hacer críticas revelaciones sobre la situación que está viviendo México con las decisiones alocadas de AMLO y su estrategia de “abrazos, no balazos”.

Todo México se preguntó en su momento: “¿La cita ante un Tribunal Militar forma parte de los caprichos del presidente López?”, o simplemente está aplicando la Ley Mordaza a este militar que ha ofrendado su vida y su trabajo para el bienestar de nuestro país.

“Este señor que sí estudio, que este miliar sí ha sido valiente para denunciar las irregularidades de quien tiene en sus manos el secuestro de la Presidencia de México, sin garantizar absolutamente nada para sacar de la miseria de todo el país…

“Pero eso sí, ha confesado abierta y descaradamente ‘yo tengo vinculación con el narcotráfico, y con grupos de narcotraficantes’”, imputa el Círculo de Poder de este gobierno que no da una, sino traspiés y malas y súper pésimas obras faraónicamente disfuncionales.

Reportero Free Lance *

Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021

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