En la plaza de toros siempre ronda la tragedia

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M.V.Z. Salvador Cisneros Guzmán

M.V.Z. July Barba Sánchez

Local 108

Tel.: 449 918-4387

Urgencias: 449 110-7792

Bullidero

Jesús Eduardo Martín Jáuregui ____

En Aguascalientes existe un decreto gubernamental que declara a las Corridas de Toros patrimonio cultural del estado, esto no debería quedar sólo en un texto sino en una vigilancia y cuidado de la autoridad en todos los aspectos tradicionales y formales de las corridas, para garantizar que los eventos taurinos cumplan con los extremos de la tradición, pero también de la seguridad y respeto, no sólo en los aspectos taurinos estrictos, sino en todos los inherentes, como los cobros no soportados como el cargo por servicio que es un verdadero atraco. Mención especial merecen los servicios médicos, a cargo de la empresa.

José Tomás.

Hace unos años en la plaza de toros Monumental estuvo a punto de suceder un incidente fatal. El toro Navegante de la ganadería De Santiago infirió una cornada al matador José Tomás que estuvo a punto de provocarle la muerte. El desorden generalizado, la falta de instrumental en la enfermería, la carencia de suero y sangre adecuadas y suficiente, la aglomeración en el patio de cuadrillas y en el estacionamiento, agravada por el descenso inopinado del helicóptero de la policía en la explanada de acceso a la Plaza, que en vez de colaborar sirvió para estorbar ya que la policía impidió el desahogo de la plaza y complicó que la ambulancia pudiera salir fácilmente.

 Motociclistas de la policía pudieron acudir al Hospital Hidalgo y a la Clínica Guadalupe que facilitaron instrumental y material de atención de urgencia porque la gravedad del torero no permitía su traslado sin estabilizarlo previamente. La destreza, la habilidad del personal médico y el valor, particularmente de un cirujano que por su naturaleza sencilla y discreta me obliga a mantener en el anonimato, hicieron la diferencia entre lo que hubiera podido ser la tragedia mayor y una gravísima cornada que una vez estabilizada, permitió el traslado y la atención subsecuente en el Hospital Hidalgo que completó el milagro.

Yo estuve en la plaza y experimenté lo que narro, pero luego los noticieros y las grabaciones profesionales y de aficionados mostraron una serie de incidencias graves y la información vertida y la filtrada, así como las declaraciones del propio cuerpo médico, añadieron datos que acentuaron la preocupación y la certeza de que solo una conjunción afortunada de circunstancias favoreció al torero.

Arturo Macías El Cejas.

Existe la creencia generalizada de que introducir los dedos o un pañuelo en la herida puede cohibir el sangrado. Después de conversaciones con diferentes médicos, en especial especialistas en trauma, parece ser que esa acción tiene poca efectividad, el corazón es una bomba y si no se liga el vaso sanguíneo, la fuerza del bombeo hace que la sangre siga fluyendo, más aún si se trata de una vena, ya que estas por su elasticidad se retraen.

El personal de plaza, monosabios o paramédicos podrían estar dotados de un torniquete que se puede aplicar rapidísimamente y que en la rotura de un vaso mayor sí ayudan a cohibir la hemorragia. En un sangrado abundante la hipovolemia (falta de presión que hace que el corazón bombeé en falso) o la anemia aguda (que no llegue suficiente oxígeno a los órganos vitales) pueden precipitar la muerte.

Ese día al levantar al herido para trasladarlo a la enfermería se encontraron con que el encargado abrió al revés una puerta de la barrera, lo que obligó a retrasarse mientras se abría la correcta. La aglomeración que ya se apreciaba en el callejón se trasladó al patio de cuadrillas y al acceso a la enfermería, incluso dentro de ella en donde se encontraba personal ajeno a los servicios médicos. El patio y el estacionamiento estaban literalmente atiborrados.

Joselito Adame.

Especial mención merece la falta de instrumental, no había ni siquiera suficientes pinzas. La razón según me dijeron, es que era muy raro que se requirieran más de un equipo. Uno piensa que en seis toros y tanto personal actuante la posibilidad de más de una cornada es muy alta. La enfermería carecía, ignoro si ya lo tenga, de equipo de resucitación y de otros de atención urgente en trauma, aunque para un pequeño documental que luego se hizo, se mostró equipo prestado como si fuera equipo normal de la enfermería.

Durante un tiempo, pequeño parece, se tuvo la práctica de que los toreros actuantes deberían informar de su tipo de sangre y solicitar a los bancos de sangre el préstamo de unidades para tenerlas disponibles durante la corrida. José Tomás tiene un tipo raro pero factible de conseguir. El día de la cornada por el altavoz se solicitaron donadores y la afluencia, desde luego inútil en ese momento (no se podían hacer pruebas cruzadas ni se tenían elementos para la transfusión) agudizó el caos. La Fortuna trabajó horas extras.

El lunes pasado, en una corrida accidentada en la que una especie de maromero suicida se expuso cuanto pudo a una cornada sin que lograra su objetivo, no obstante las repetidas volteretas que sufrió (para mí, eso no es el toreo), aunque el público alborotado y un consejo de la judicatura taurina atolondrado, premiaron con muchas orejas y un rabo, hubo un incidente cuando Joselito Adame toreando de verdad, en un exceso de confianza se descuidó ante un toro que ya le había mostrado que por la derecha se vencía y sufrió una espeluznante embestida que lo elevó tres metros y al caer recibió golpes y una cornada leve, sufrió una conmoción cerebral. Quedó inconsciente sobre el ruedo.

Monumental de Aguascalientes.

Con la mejor voluntad saltaron peones, apoderados, personal de plaza y sin el menor cuidado levantaron al torero sin la más mínima precaución ante la posible lesión cervical o cerebral. Ingresó a la enfermería y a los pocos minutos sostenido por dos camilleros salió al tercio semiinconsciente. ¿Cómo le permitieron salir de la enfermería? ¿Por qué abrieron la puerta de cuadrillas para que el torero y una bola de metiches pasaran al ruedo? ¿Por qué abrieron la puerta del ruedo?¿Dónde estaba la autoridad en el callejón? ¿Por qué otra vez la aglomeración y el desorden? Y el colmo. El parte médico mintiendo señala que se recibió en la enfermería con el protocolo de conmoción, que estaba consciente y le pidieron no salir. ¿Cómo le permitieron incorporarse? ¿Cómo salió sin siquiera el collarín? ¿Cómo dejaron que los camilleros le llevaran? ¿Por qué no se prepara al personal de plaza y se aplican los protocolos? ¿Por qué no tenía una vía venosa permeable? ¿Cómo sin haber descartado un diagnóstico presuntivo grave dejaron que pasara todo eso? Los estudios confirmaron un edema cerebral. El torero puede mandar en el ruedo, en la enfermería el jefe de los Servicios Médicos y en la Plaza, el Juez. Lamentablemente no se percibe la autoridad, ni en el control de precios, ni en la regulación de los apartados, ni en el combate a la reventa, ni en el desorden de los vendedores y, lo que es peor, ni en el ruedo, ni en la lidia, ni en los servicios médicos. ¿Para que aguardar una tragedia?

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