En Corps (En Movimiento) de Cédric Klapisch, 2022

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M.V.Z. Salvador Cisneros Guzmán

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Gillian Turner _____

Élise baila desde los cuatro años. Ahora tiene 26, es una bailarina prometedora con un papel importante en una producción parisense de La Bayadere, obra fundamental del repertorio de las compañías de ballet clásico. Desconcertada al descubrir a su novio bailarín y una bailarina besándose entre bambalinas, pierde la concentración por un momento, se cae, y se lastima el tobillo, poniendo su carrera en peligro.

El resto de la historia narra el viaje de Élise, desde su vida como estrella del ballet clásico, hacía una nueva vida. Platica con su familia, sus amigos, pasa tiempo en una colonia de artistas en Bretaña como ayudante de cocina, y por fin encuentra su lugar — en una compañía de danza contemporánea.

En principio, no es una historia particularmente original, ni da lugar para grandes sorpresas. La sorpresa yace en la energía y el vigor de la narrativa.

Hay varios culpables. Primero, Marion Barbeau en el papel de Élise Gautier. Es una bailarina clásica profesional, “Premiere Danseuse” del Ballet de la Opera de París. Bailarina talentosa, ahora nos muestra otra faceta, la de actriz consumada, que prodiga vivacidad y carisma.

El segundo culpable es el coreógrafo Hofesh Shechter, quien actúa como él mismo en la película. En la vida real es un coreógrafo, compositor y bailarín basado en el Reino Unido desde 2002. Tiene su propia compañía: The Hofesh Schechter Company, En la película llega a Bretaña con su tropa, encuentra a Élise pelando zanahorias y la invita a participar. A Élise le cambia la dirección de su vida. Schechter es un coreógrafo que vibra energía, y transmite su pasión a sus bailarines. Suya ha de ser la coreografía de una especie de duelo entre dos maestros del hip-hop, uno de ellos siendo Mehdi, miembro de la tropa de Schechter, y destinado a ser el nuevo novio de Élise.

¿Y el tercer culpable? Pues, el director, Cédric Klapisch. Klapisch se conoce por su amor a París. La ciudad sale en todas sus películas (en esta menos), filmada amorosamente como una importante presencia y participante en la acción. Pero Klapisch también es apasionado del ballet y la danza. En 2008 dirige Paris, cuyo personaje central es un bailarín enfermo. En 2016 dirige la versión filmada del ballet de Kenneth MacMillan basada en la historia de Manon Lescaut.

Así que En movimiento es el resultado de tres fuerzas vitales que juntos logran una película de enorme encanto, visualmente muy atractiva, con un derroche impresionante de talento. Muestra claramente las dos caras del baile: el ballet clásico, bello, aéreo, sereno; la danza contemporánea más terrenal, brotando energía y fuerza. Como botón de muestra está la secuencia cuando Élise y sus dos amigas ex bailarinas del ballet clásico bailan una pieza para la tropa de danza contemporánea.

Si quiere salir del cine, quizás no bailando, pero sí con una gran sonrisa, vea En movimiento.