Bullidero
Jesús Eduardo Martín Jáuregui ______
Los resultados preliminares de las votaciones para elegir gobernador en seis entidades federativas presentan un triunfo inobjetable de Morena, la 4 T o el presidente López Obrador, que para el caso es lo mismo, en cuatro de las seis en disputa. Seguramente no es casualidad sino una correlación real la que existe entre el triunfo y las condiciones educativas culturales de las entidades. A mayor apoyo a la 4T menor nivel educativo.
Dadas las expectativas triunfalistas del presidente y de su movimiento, partido u horda, el resultado no puede ser satisfactorio y desde luego pondrá en entredicho el trabajo al frente de Morena del señor Mario Delgado y de la cenadora Ciatolli. Ante una candidatura de Estado con todos los recursos publicitarios, económicos, logísticos y la participación directa e ilegal de los funcionarios federales, con un constante trabajo desplegado por los siervos de la nación ( Brigadas de promoción del gobierno de Morena pagadas con nuestros impuestos) mediante una campaña dual por una parte la invitación al Voto y por otra despertar el temor a la posible pérdida de prebendas, ayudas, pensiones o becas, o como quiera que le llamen, aquí, creo, se impuso la cordura.
En el caso particular de Aguascalientes, aunque lo sospechábamos, los primeros resultados nos indican la falta de seriedad de algunas casas encuestadoras y desde luego del partido que las difundió. El asunto no es menor, porque está acreditado que muchos votantes indecisos inclinan el sufragio tomando en consideración las tendencias que las encuestas reflejan. Este es un campo que la legislación electoral debiera ser más conspicua, exigiendo que antes de darse a conocer por los partidos políticos y por los medios de comunicación los resultados de una consulta debieran cumplir un mínimo de requisitos técnicos, metodología, competencia, seriedad, historial, porque su papel eventualmente pudiera ser significativo.
Merece la pena reflexionar sobre el aparente poco impacto en la votación de las propuestas planteadas por los candidatos y en particular de los llamados debates, que al parecer poco aportan y menos inciden en el voto. En el ánimo del votante parece ser más significativa la imagen, la percepción, la presentación del candidato como un buen producto que el análisis de su plataforma, sus propuestas y sobre todo la posibilidad de cumplirlas.
Tere Jiménez no llega impoluta ni legitimada, votó menos del 50 % y su reto será hacer un gobierno que haga olvidar los malos señalamientos que se le han formulado.
Es todo por hoy, hasta una próxima si la hay.