El falsificador (2022) de Maggie Peren

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Gillian Turner _____

Esta es la historia verídica de Cioma Schönhaus, un hombre extraordinario, sobreviviente de los rigores que implicaba ser judío en Berlín bajo el régimen nazi; no solo sobrevivió sino vivió hasta los 93 años, y en 2004 escribió una novela titulada El falsificador de pasaportes, basada en su propia vida, mismo libro que sirve de base para esta película. En 1943 logra escapar de Berlín en bicicleta. Llega a Suiza y se inscribe en la escuela de arte en Basilea, graduándose como Diseñador Gráfico. El resto de su vida la pasa en Suiza. Fue el padre de cuatro hijos y dos de ellos hoy en día son músicos profesionales.

La película se ocupa tan solo de los años 1942-1943 en Berlín. Cioma tiene 21 años, no parece el típico judío ya que es alto, rubio, con ojos azules. Es optimista, desenfadado, derrocha encanto. Antes de la guerra estudiaba artes gráficas, pero ha tenido que dejar la escuela y en lugar de estar deportado al igual del resto de su familia, ha conseguido trabajo en una fábrica de armamentos. Al principio Cioma vive en el espacioso apartamento familiar, que comparte con su mejor amigo Det Kassriel. El apartamento queda clausurado y entre la autoridad “Heil Hitler” y la casera cara-dura, los muebles y todos los artículos que constituyen un hogar van desapareciendo, distribuidos en su mayoría entre los amigos y los clientes de la casera. Cioma y Det encuentran donde vivir en habitaciones cada vez más estrechas.  Dados sus talentos como dibujante a Cioma le ofrecen el trabajo de falsificar pasaportes y documentos de identidad, para judíos huyendo de la Alemania de los nazis. Como pago recibe cupones para conseguir alimentos. En tan solo un par de años falsifica unos 300 documentos para igual número de judíos. Su amigo Det trabaja como sastre cuando puede, y hace trabajos para las mujeres del mercado que le pagan en comida, y cupones.

La vida de los dos amigos va encogiendo, la ropa se va gastando, las pocas comodidades son cada vez menos. A Cioma le despiden de la fábrica de armamentos, por llegar tarde una tercera vez, con todo y que finge una apendicitis aguda. Con la pérdida de la chamba, ahora vive como “ilegal” y en peligro de ser deportado. Ha entablado una relación con una chica, quien quiere llamarse Gerda. Gerda ya no le deja quedar en su pequeño apartamento (en realidad un cuarto, con cama, tina y estufa). Dice tener un novio en el ejército, aunque se prostituye para tener que comer. El amigo Det es detenido y deportado.

Para seguir de alguna manera libre, Cioma depende no solo de sus talentos como falsificador de documentos, sino también como falsificador de su propia persona. Es un maestro del “bluff”. Cambia de nombre, finge ser simpatizante del nazismo, saluda con el “Heil Hitler” cada que sea necesario. Como él mismo dice, es un experto del “mimetismo”. Y “Peter Schonhausen” con el saludo nazi y la gran sonrisa, le saca a Cioma Schönhaus de varios problemas y peligros. El último documento que falsifica es una identificación para su propio uso. Escapa de Berlín fingiendo ser miembro de la Wehrmacht.

En la película no se ven las escenas acostumbradas de la brutalidad en contra de los judíos, no hay golpizas en las calles, ni réplicas de la “noche de los cristales rotos”. Aquí el enfoque es mucho más personal, más estrecho. Son las experiencias de Cioma, sus relaciones con su amigo Det, con la chica “Gerda”, con el Sr. Kaufmann quien le da los documentos a falsificar, hasta con la casera, la Frau Peters, que en una escena macabra le obliga a Cioma recoger los cadáveres de judíos inquilinos del edificio que se han quitado la vida para no ser deportados.

Hay muchos espacios en blanco. No se sabe nada de la familia de Cioma, aparte de que todos han sido deportados.  Tampoco se sabe mucho del gran amigo Det, aparte de que es detenido y deportado. Gerda también tiene secretos. En fin, nadie es como parece.

Y por todo, brilla la personalidad de este hombre Cioma Schönhaus, alegre, sonriente, despreocupado, viviendo el momento. Y brilla igualmente la actuación de Louis Hoffman, joven actor alemán nacido en 1997. Según dice, en cuanto leyó el guion se enamoró del papel de Cioma. Da una interpretación inteligente, meticulosa, cuidando todos los detalles.

El falsificador la escribe y dirige Maggie Peren, actriz y directora alemana, nacida en 1974. Dice que quedó tan impresionada cuando leyó el libro de Schönhaus que en 2013 tomó el tren y fue a Basilea a conocerlo. Cuenta que estuvo en constante contacto con él hasta su muerte en 2015, y que para entonces ya estaba en la cuarta o quinta versión del guion.

Es una película intimista, detallista, cada elemento cuidado: la música, el vestuario, la ambientación, la escualidez de las condiciones en que deben vivir no solamente Schönhaus, sino un sinfín de habitantes de ese Berlín en tiempo de guerra.

Desgraciadamente El falsificador se está yendo de las salas de Cinépolis; todavía se la puede encontrar en salas del circuito Cinemex.