El Estado embustero, ejecutó la injusticia y el odio en contra de Jesús Murillo Karam

12.55.27 PM
PUBLICIDAD

¿Tienes alguna duda o situación con tu mascota?

M.V.Z. Salvador Cisneros Guzmán

M.V.Z. July Barba Sánchez

Local 108

Tel.: 449 918-4387

Urgencias: 449 110-7792

.- La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, reprochó la actitud de un “juez de afrenta”, que es lo mismo “un juez de consigna”

.- “Afear la justicia con falsa literatura”

Blas a. Buendía * _______

La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A. C., condenó la ilegal detención de la que fue víctima el ex procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, a quien, en un conflicto de odio, el Estado utilizó a uno de esos jueces que en la jerga de su medio son llamados “de consigna”. Es decir, se trata de esos oscuros individuos que dan la espalda a la imparcialidad exigida por su cargo para hacer y deshacer al ritmo dictado por agentes externos al Poder Judicial.

En torno a esta nueva pifia gubernamental, como si fuera un juicio de odio, el oclocrático Estado que actualmente “gobierna” a México, volvió a apartar de la política de transparencia para combatir la impunidad, solo que en el relevante Caso Murillo, se registraron tropiezos desde el momento en que se le interrumpió su libertad y su libre tránsito que, sin orden judicial, se le “conminó” a subirse a una camioneta blindada para ser anticonstitucionalmente detenido y conducido a mazmorras.

Lo del Caso Murillo se suma a esa política de horror anti judicial, ordenado por el Estado, para presionarlo y obligarlo a realizar acusaciones a través de la tortura psicológica, lo que orilla a detallar en la praxis de los magnos maestros del Derecho, donde al antiguo de grandes togas romanas que se preciaban de saber impartir justicia, decretando cuando esas togas decían: “Calamistris justitita inurere”. Ello, en la actualidad significa “afear la justicia con falsa literatura”.

Lo anterior, señala el Ateneo de la Justicia, viene al caso, dada la falsa literatura empleada para expresar las mentiras jurídicas con las que el juez de control Marco Antonio Fuerte Tapia, se expresó y determinó vincular a proceso al ex Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, por el delito de desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa,  la cual nos regaló como ofrenda a la injusticia, ilegalidad, ignorancia e inexacta aplicación de la ley, para pretender justificar su desconocimiento de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir, su incalificable ineptitud.

Y detalla: “Con la determinación referida por desgracia abrazó su toga de soberbia, convirtiendo esa toga en una vestimenta de impudicia. Sin mácula alguna, Fuerte Tapia actuó catapultado por un insano espíritu de defender las venganzas de la Cuarta Transformación de la Nación. Sin paliativos, su determinación fue inspirada por la fuerza de la sinrazón jurídica”.

Efectivamente —continuó— el juez en comento fue movido por una falsa literatura con verborrea jurídica para con ello afectar a la justicia, haciendo vigentes las palabras de las togas de antaño: “Calamistris justitia inurere”.  De la embustería del juez hay mucho que decir.

En primer lugar —explica— mientras la audiencia se celebraba con los conocimientos  exhibidos por los defensores particulares de Murillo Karam, en relación a la irretroactividad de la ley, el juez adoptaba una posición de arrogancia, pretendiendo silenciar la voz de la defensa, solo por haber expresado sus conocimientos constitucionales y la verdad sobre cierta ineptitud de criterio sostenido por la toga del Órgano Jurisdiccional.

“Una frase ingeniosa expresada por el defensor particular, pretendiendo con ella alcanzar la verdad jurídica, motivó que los defectos del juzgador se evidenciaran amenazando a la defensa con ordenar su retiro de la sala mediante el auxilio de la fuerza pública”, recriminó.

Es de lamentar que con ese actuar, “el juez de consigna” Marco Antonio Fuerte Tapia, olvidara, que en ese recinto de justicia se ventilaba una causa en busca de ella y que una de las funciones del juzgador se considera la de deber ser ponderado en su actuar.

Cabe recalcar que el “prisionero” no fue llevado a la sala de justicia para admirar la ineptitud del juez. Fue conducido a la audiencia para que se le respetara su presunción de inocencia y su debido proceso. “La justicia es una cosa seria”.

“La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., se pregunta, si en el comportamiento del juez Fuerte Tapia en la audiencia de mérito ¿No habría la misteriosa intervención de alguna consigna, con el objeto de afectar la justicia?

“A la luz de las circunstancias, pareciera que el justiciero incurrió en el Código del Abogado: ‘Actuar con imparcialidad’. Es cuanto”, puntualizó el prestigiado penalista Alberto Woolrich Ortiz, quien es presidente de la multicitada agrupación.

Reportero Free Lance *

Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021

filtrodedatospoliticos@gmail.com

www.abachainforma.com.mx