Adiós, Sr. Haffmann (2021) de Fred Cavayé

a
PUBLICIDAD

¿Tienes alguna duda o situación con tu mascota?

M.V.Z. Salvador Cisneros Guzmán

M.V.Z. July Barba Sánchez

Local 108

Tel.: 449 918-4387

Urgencias: 449 110-7792

Gillian Turner ______

El señor Joseph Haffmann es un joyero próspero, dueño de su tienda y su taller donde crea sus innovaciones. Él y su familia viven en un cómodo apartamento arriba del negocio. Los Haffmann son judíos. En mayo 1940 los alemanes invaden Francia. La acción de la película inicia en el año 1941. Pronto los invasores levantan un censo de todos los judíos viviendo en París. El Sr. Haffmann tiene un plan para proteger su familia con la esperanza de reanudar su vida al final de la guerra. Primero, manda a su esposa y sus tres hijos (un chico bastante crecido y dos niñas) a “la zona libre”. Él se queda para hablar con su asistente y después alcanzarlos. Su plan es algo descabellado, pero no es el momento para la sensatez: fingir vender su negocio a Francois Mercier el asistente, y que él y su esposa Blanche muden a vivir en el departamento arriba de la tienda.

Al final de la guerra el Sr. Hoffmann y su familia regresarían, y en agradecimiento Hoffmann ayudaría al asistente a poner su propio negocio. Suena sencillo, pero todo empieza a desmoronar cuando Haffmann no logra pasar los puntos de control, y tiene que regresar. Francois poco a poco toma control de la situación. Obliga a Joseph Haffmann a quedarse en el sótano produciendo las piezas de joyería que él no es capaz de crear. Obliga a su esposa a ser una especie de improbable objeto sexual.

Al final se revierte la situación sutil y hábilmente. Como dice el oficial alemán: “La suerte es como la guerra. No dura.”

Es una película de terror contenido (un thriller íntimo, como lo describe el director), sin escenas sexuales tórridas, ni violencia extrema. Todo se reduce al mínimo, que de alguna manera resalta el drama entre los protagonistas: Joseph Haffmann, generoso e ingenuo, que quiere salvar a su familia y su negocio; Francois Mercier el asistente, que quiere ser jefe y dueño. Las relaciones entre los dos deterioran. Haffmann se da cuenta que es cautivo en su propio sótano, creando joyas con gemas robadas. Mercier, sintiéndose dueño de todo, pierde todo sentido moral, y se obsesiona con la idea de tener dinero, un negocio, y poder manipular a Haffmann y también a la pobre Blanche.

En 2020 el director, Fred Cavayé y su equipo estaban filmando en unas callecitas del barrio de Montmartre. Tenía todo montado, las calles con publicidad de la época, falsas frentes de tiendas — cuando la pandemia y el muy estricto confinamiento impuesto por el gobierno francés los obligaron a parar la filmación. No les dio tiempo de quitar nada, todo quedó tal cual. Y cuando pudieron seguir filmando, las calles todavía quedaban desiertas. Dice el director que en un principio tenía programado filmar bastantes escenas en el exterior pero debido al confinamiento le fue obligado a reducir todo. Después se dio cuenta que el filmar en interiores resultó más convincente. Se creaba un ambiente muy especial, aumentando la sensación claustrofóbica.

Adiós Sr. Haffmann es el sexto largometraje que dirige Fred Cavayé. En este caso también ha escrito, en conjunto con Sarah Kaminsky, los diálogos, el guion y la adaptación de la obra de teatro del mismo nombre escrito por Jean-Philippe Daguerre. La música – discreta y atinada – es de Christophe Julien; la cinematografía de Denis Rouden. Los actores principales son formidables (igual que todo el elenco). Daniel Auteuil como Joseph Hoffmann da una actuación estelar. Veterano de más de 100 créditos, le recuerdo especialmente en la película del año 2000: La viuda de Saint-Pierre, en donde Auteuil interpreta un capitán de barco perdidamente enamorado. Gilles Lellouche es excelente como Francois Mercier, y Sara Giraudeau hace maravillas con el papel de la flaquita Blanche: en principio tímida y sumisa, al final todo lo contrario.