Abominable ruta de sangre, el asesinato de Polo Uscanga

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.- En un día como el del 19 de junio de 1995, México se ensombreció por el Crimen de Estado en contra del magistrado Abraham Polo Uscanga, cuyos restos se encuentran en el Panteón Jardín de la Ciudad de México.

.- Han pasado más de dos décadas de amplia impunidad entre los propios impartidores de justicia. ¡Qué paradoja! «Ya es hora de que el Tribunal recupere la confianza ciudadana, de que se convierta en símbolo de legalidad y paz social»

.- Trabajadores de ex R-100 seguirán exigiendo Justicia; depositarán coronas de flores tanto en la sede del TSJCDMX, en la sede del GCDMX, en Palacio Nacional y en la cripta de Polo Uscanga, en el Panteón Jardín. Datos históricos de la quiebra de R-100 y el caso del Magistrado asesinado 

Blas A. Buendía * _______________

Se orquesta una embestida contra la clase trabajadora allá por el año de 1994, con motivo del estallido del movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a quien el aparato de inteligencia gubernamental ha descubierto su subvención por parte del sindicato de la línea de transporte de pasajeros de la Ciudad de México, Ruta 100, órgano del que se dijo emanaban recursos económicos y vestuario y equipo como aporte de la lucha zapatista.

Los principales actores en escena Manuel Camacho Solís, ex regente del entonces Distrito Federal, con gran influencia operativa en el seno del sindicato de la desaparecida Ruta 100, un hombre clasificado como incendiario y bombero, con una mano avivaba la flama de la guerrilla chiapaneca, y con la otra simulaba llevar la cubeta para apagar el fuego.

Óscar Espinosa Villarreal, quien detentó la función de último regente designado por el gran dedo presidencial, es decir, estábamos frente a una ciudad de 14 millones de habitantes quienes tenían cancelada la posibilidad democrática de elegir a sus gobernantes, después de esto emerge la asunción del poder en vía de elección popular de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el primer jefe de gobierno, con sepa seudo-perredista, sin perder de vista ya había sido gobernador por el PRI del estado de Michoacán. Tal vez fue el premio otorgado por el sistema de intercambio de favores, por no haber defendido su triunfo en la elección presidencial contendida con el principal accionista del establishment, “Don” Carlos Salinas de Gortari.

Espinosa Villarreal, quien posteriormente fue descubierto en su condición de becario de Nacional Financiera, al haber obtenido una jugosa jubilación sin merecerla, sostuvo fuerte y quedito que la mano injerencista de los líderes y asesores jurídicos del sindicato de esa empresa gubernamental, “mecía la cuna” del EZLN y por ende, opera su desmembramiento, idea que compra el cerebro operativo de la política mexicana Carlos Salinas de Gortari, para provocar la idea mediática que solo el gobierno tiene la capacidad de proteger a los ciudadanos de una guerrilla armada que podría trastocar los intereses del establishment y en consecuencia promover el voto partidista a favor del candidato Ernesto Zedillo y el Revolucionario Institucional.

En ese entorno se observa la presión política recalcitrante hacia el Tribunal Superior de Justicia y su principal operador Saturnino Agüero Aguirre, simplemente se le obliga a orquestar a cualquier precio la extinción del organismo público Ruta 100 y el encarcelamiento de sus líderes y asesores jurídicos, Ricardo Barco y compañía.

En efecto, tal estrategia se promueve mediante el mecanismo jurídico insustentable de la quiebra, obligando al juez civil del conocimiento a declararla, resultando inadmisible la quiebra del Estado en mérito a que esa empresa pertenecía al gobierno del entonces Distrito Federal, y declararla implicaba repercutir en la quiebra del mismo. En fin, las consecuencias para el juez civil fueron mortales en un oscuro accidente que sufre en la carretera de Cuernavaca a bordo de su camioneta Silhouette.

Otra arista, el encarcelamiento por fraude a los líderes sindicales de la empresa estigmatizada, ante la malversación de fondos que tuvieron en los manejos sindicales, desde luego bajo una proyección jurídica  disparatada, en mérito a la inexistencia de la querella por parte de los afectados que en especie serían los miembros del organismo sindical, pero de ninguna manera el gobierno del Distrito Federal porque esos fondos ya habían salido de su peculio para formar parte del patrimonio del sindical.

Lo anteriormente señalado provoca una disputa en el seno del propio Tribunal Superior de Justicia y precisamente en la sala penal que corresponde resolver la apelación contra la negativa de girar la orden de aprehensión resuelta por el juez Enrique Gallegos Garcilazo.

En efecto, los integrantes de la sala penal de conocimiento son presionados por el presidente de ese órgano para que revoquen la negativa de la orden de aprehensión y en su lugar le ordena a Garcilazo obsequie la misma en contra de Barco y sus secuaces.

Abraham Polo es presidente de esa Sala y recibe el siguiente apotegma por parte del máximo representante del Tribunal: “Es una cuestión de Estado, o giras la orden o te atienes a las consecuencias”.

Abraham Polo Usacanga tiene un hijo abogado que despachaba en el edificio de Insurgentes 300, en la Ciudad de México, vecino y asesor jurídico de los líderes de Ruta 100.

La reticencia del magistrado Polo Uscanga para ordenar el libramiento de las órdenes de aprehensión, y su vociferante actitud de responsabilizar al presidente del TSJ de lo que le pase, desembocan primero en su forzada jubilación como magistrado y después en la aparición de su cadáver dentro del despacho jurídico de Insurgentes 300, en el que laboraba inclusive su hijo.

En lo inverosímil, muy al estilo de la abogada Digna Ochoa Plácido, de quien se dijo haberse suicidado de dos balazos, “uno en el corazón y otro en la cabeza”, también se dijo que Abraham Polo Uscanga, “se suicidó hincado”.

En esa época se producen los crímenes en agravio del Tesorero de Ruta 100, quien fue muerto a balazos, así como uno de los Fiscales que tuvieron conocimiento de estos asuntos.

Aparece en los medios televisivos el presidente del TSJ, Saturnino Agüero Aguirre con lágrimas en los ojos, expresando: “¡Yo no lo maté…! ¡Yo no lo maté…! ¡Soy la primera víctima de este hecho!”

Al tiempo que su cancerbero Juan Luis González Alcántara y Carrancá –flamante servicial del Sistema y hoy portentoso e inmune Ministro de la Corte federal de México-, con un pañuelo de seda, le secaba las lágrimas a Don Saturnino, con una expresión en la cara como diciéndole: “¡No llore mi patrón…!”

Los días 19 de junio de cada año se cumplen los aniversarios luctuosos de ese ominoso Crimen de Estado en contra de Abraham Polo Uscanga, cuyo caso sigue en la mente de los mexicanos y peor aún, un gigantesco abanico de impunidad que se abre para seguir protegiendo la ilegalidad de quienes participaron, intelectuales y materiales, en el artero asesinato del ilustre jurista mexicano, restos que se hallan en una humilde cripta del Panteón Jardín de la Ciudad de México.

Más de dos décadas de amplia impunidad entre los propios impartidores de justicia. ¡Qué paradoja!  Y así, sucesivamente, se irá acumulando ese amargo recuerdo que dejó una huella imborrable entre la cofradía de los togados que pasarán las horas, días, semanas, meses, años, quinquenios y décadas, que nadie ha creído que «es hora de que el Tribunal recupere la confianza ciudadana, de que se convierta en símbolo de legalidad y paz social».

“¿Y el caso Polo Uscanga, para cuándo?”, según la demanda popular.

Últimas palabras de Abraham Polo Uscanga

“Recibí, yo una recomendación del Señor Presidente del Tribunal Superior de Justicia, para que yo resolviera un asunto de determinada forma. Lo que no era procedente, se lo indiqué; me dijo: ‘Aténgase a las consecuencias’. Me retiré de la oficina, y en virtud de ello, presente y/o solicité mi licencia pre-jubilatoria y posteriormente mi renuncia, cuando se venza ésta. Porque no estoy de acuerdo que se pisoteé al Poder Judicial”, avizoró días u horas antes de ser asesinado en su despacho de Insurgentes Sur 300.

Días más tarde, Abraham Polo Uscanga sería asesinado, la amplia impunidad, sigue despertando la ira e indignación de los ex choferes de la Ruta 100, quienes han realizado una interminable serie de marchas, protestas y plantones entorno al esclarecimiento de este Crimen de Estado, y a su permanente demanda que el Gobierno de Claudia Sheinbaum, les devuelva su liquidación, como responsable del área de la Jefatura del Ejecutivo local, actualmente.

Aún se tiene en mente aquellos amargos recuerdos y los patentizados y agrietados rostros desencajados, inyectados de odio y coraje, imposibilitados e impotencia para hacerse justica con su propia mano…, observándose en La Marcha del Silencio al Zócalo por integrantes de la ex Ruta 100, que organizaron como protesta del artero asesinato del magistrado Abraham Polo Uscanga, en aquella álgida época.

“Hasta hoy en día, el paraguas de la impunidad sigue cobijando a toda una familia de jueces y magistrados entorno al esclarecimiento de este Crimen de Estado”, sentenciaron los ponentes ante la tumba del magistrado Polo Uscanga.

A más de dos décadas de su forzada y trágica desaparición, uno de los pilares que sabían de la verdad y tal vez hasta el presunto autor intelectual de este cobarde asesinato y que “ya no está con nosotros”: Saturnino Agüero Aguirre, ex presidente del TSJDF, “el poderoso secreto de la maquinación de este complot, se lo llevó a su tumba”.

Pese a ello, aún quedan vivos varios cómplices. Uno de ellos, tal vez hasta el precursor de tan abominable atentado, el ex regente Óscar Espinosa Villarreal, de quien se presume que fue otro de los autores artífices e intelectuales de la desaparición de este prestigiado abogado penalista, sobre todo por haber fungido como el último regente de la Ciudad de México, funesto cargo que desapareció a raíz de la democratización de la capital de la República, cuando Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se convirtió democráticamente en el primer Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México.

De nada ha servido los cambios democráticos de la capital de la República, si entre la misma familia feliz que ahora gobierna la Gran Ciudad y que se dice ser de “izquierda” y que es “democrática”, no ha sido capaz de quitarse esos antifaces anquilosados propios que se desenvuelven entre las Mafias del Poder, sin moralización alguna, pero eso sí, degradando al Poder Judicial.

“El esclarecimiento del Crimen Político de Abram Polo Uscanga va para largo”, puntualizaría Jorge Cuellar Valdez, líder de la ex Ruta 100, al pie de la cripta de este ilustre jurista y magistrado mexicano que dejó huella en su exigencia de respetar el Estado de Derecho, hoy pisoteado por muchos ante los cambios vertiginosos de toda la Nación.

Pero efectivamente, como lo afirma la nueva generación que gobiernan al TSJCDMX, «ya es hora de que el Tribunal recupere la confianza ciudadana, de que se convierta en símbolo de legalidad y paz social».

Pero entre esas ilustres consideraciones, la pregunta sigue en el aire: “¿Y el caso Polo Uscanga, para cuándo?”, según la demanda popular.

Datos históricos

8 ABRIL 1995 -de entre el sábado 8 de abril de 1995 al jueves 8 de abril de 2021-, suman un total de 312 meses.

EL ASESINATO DE POLO USCANGA se registró el 19 junio 1995, ejecutado a dos meses 11 días después de haberse declarado la quiebra técnica de Ruta 100.

Trasciende que a raíz de ello, en una conspiración orquestada por el Gobierno Federal, en manipulación con su par en el Distrito Federal y dentro de un cuadro de connivencia entre funcionarios gubernamentales con el maniqueísmo de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal -hoy fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México-, se convirtió a los primeros líderes de la Ruta 100 en “presos políticos”, encabezados por…

1.- Gabino Camacho Barrera, 2.- Ricardo Barco López, 3.- Cristóbal López de la Huerta

4.- Ernesto Ávila Velázquez, 5.- Marcos del Razo López, 6.- Adalberto Martínez Loza

7.- Eduardo Hernández Quiroz, 8.- Filemón Ponce Cerón, 9.- Octaviano Sánchez Palma

10.- Eduardo Jáuregui Santos, 11.- Hilario Carabantes Cisneros, y  12.- Jorge Núñez Carrasco.

Relación de personas asesinadas en torno al conflicto Ruta 100

1.- Luis Miguel Moreno Gómez, Secretario de Transportes del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Se presume que “se quitó la vida con dos disparos”, en abril de 1995.

2.- Jesús Humberto Pliego Chávez, Fiscal del Caso R-100. El 19 de junio. Humberto Priego Chávez, coordinador de los agentes del Ministerio Público encargados de la parte acusadora contra los líderes sindicales de la Ruta 100, es asesinado en la puerta de su casa. La Procuraduría capitalina señalaría después que el móvil del homicidio fue únicamente “robo”. El diputado panista Salvador Abascal Carranza, uno de los nueve congresistas comisionados, aseguró que el homicidio de Priego Chávez, relacionado al inicio con el caso Ruta-100, a partir de que como subdirector de Ministerios Públicos se encargó de recabar pruebas contra once líderes de esa empresa, fue aclarado y se concluyó que fue asesinado durante “un asalto”. Su victimario, según decía Abascal Carranza, “es un joven al que apodan El Topo”, quien en su momento fue encarcelado. “Yo hablé con él y se trata de un individuo drogadicto, quien actuó violentamente contra Priego Chávez bajo los efectos de los estupefacientes”. No obstante de ello, el 29 de marzo, el presunto homicida de Jesús Humberto Priego Chávez, fiscal de la R-100, Édgar Esteban Lázaro Morales, El Topo, es capturado y trasladado al Reclusorio Norte por efectivos de la Policía Judicial capitalina.

3.- ¿Y su secretaria (…)?;

4.- Abraham Polo Uscanga, Magistrado de la Octava Sala penal de TSJDF. 20 de junio de 1995. Es encontrado el cadáver del magistrado Abraham Polo Uscanga en su despacho. En las primeras averiguaciones se sigue la línea de investigación denominada «suicidio concertado», ya que en el dictamen pericial no se encontraron pruebas de tormento físico. El suceso, según las investigaciones de la Policía Judicial, encontraron el cuerpo del Jurista el 19 de junio de 1995 en el despacho de su hijo, Abraham Polo Pérez, ubicado en la avenida Insurgentes 300, colonia Roma. La PGJDF citó al entonces secretario de Hacienda Pedro Aspe y al regente Óscar Espinosa como parte del proceso de investigación del asesinato de Polo Uscanga. Ambos negaron haber ejercido presión sobre el magistrado por conducto de Saturnino Agüero Aguirre, presidente del TSJDF, y rechazaron las acusaciones que Polo Uscanga hizo públicas antes de ser asesinado. En la víspera, el encono había fracturado la relación entre Polo Uscanga y Agüero Aguirre desde 1994, cuando el segundo tampoco estuvo de acuerdo con la resolución del magistrado respecto de la detención de ocho implicados en la colocación de un auto-bomba que estalló en Plaza Universidad, el 8 de enero de 1994, siete días después del levantamiento armado en Chiapas. El juez de la causa 224/94 les había dictado el auto de formal prisión por los delitos de terrorismo, asociación delictuosa, robo, lesiones y daño en propiedad ajena. La defensa apeló, y el caso fue turnado a la octava sala del TSJDF. Según externó Polo Uscanga en abril de 1995, luego de estudiar el expediente, concluyó que no había elementos para mantener en prisión a esas personas y decretó su libertad con las reservas de ley. Después de la determinación jurídica, Polo Uscanga se enteró de que el presidente del TSJDF, “estaba muy molesto”. Le mandó decir que carecía de sensibilidad política. Y el 23 de marzo de 1995, personalmente le dijo que se atuviera a las consecuencias (Proceso 962). Ante la incertidumbre de ser ratificado como magistrado, Polo Uscanga solicitó al pleno del TSJDF licencia pre-jubilatoria de tres meses con goce de sueldo. Tres meses después fue asesinado. En junio de 1996, al cumplirse 12 meses del asesinato del magistrado, el subprocurador José Elías Romero Apis informó al reportero Raúl Monge (Proceso 1024) que las indagaciones estaban en su última fase. Explicó que, de las nueve líneas de investigación abiertas al inicio, sólo tres descansaban en hechos sólidos: suicidio, homicidio y homicidio consentido. Esta última hipótesis está soportada en las cartas que Polo Uscanga que envió a familiares días antes de su muerte. De acuerdo con Romero Apis, “las cartas describen un escenario premonitorio de ‘muerte cercana’. Esos escritos fueron enviados a familiares y amigos. En varias ocasiones, por conducto de la Dirección de Comunicación Social, el reportero solicitó una entrevista con los funcionarios de la PGJDF encargados de esta investigación, pero nunca obtuvo respuesta.

5.- Leopoldo Ensástiga Santiago, fue diputado federal por la 59 Legislatura del Congreso de la Unión, y posteriormente diputado de la III ALDF, ambas posiciones políticas por el Grupo Parlamentario del PRD. Leopoldo Ensástiga Santiago, fue fundador de la Unión de Colonias Populares, murió la madrugada del 14 de junio de 1996 en un accidente automovilístico al impactar su automóvil contra una aplanadora en Avenida Tláhuac, en la Colonia Los Olivos. Era presidente de la Comisión de Fomento Económico y Protección al Empleo de la entonces Asamblea de Representantes del DF. De acuerdo con las declaraciones ministeriales de Carlos Daniel Torres y Luis Alberto Meléndez Ortiz, que viajaban en otro vehículo, Leopoldo Ensástiga había salido por la tarde de su casa acompañado por ellos a un bar. A las cuatro y media de la mañana los tres decidieron salir del lugar y dirigirse cada uno a sus respectivos domicilios, por lo que enfilaron por la Avenida Tláhuac. En el lugar donde perdiera la vida, años más tarde fue levantada por su hermano Gilberto Ensástiga una gran cruz sobre el camellón central de Avenida Tláhuac, en memoria del luchador social, misma que fue respetada durante la construcción de la fraudulenta Línea 12 del Metro, lo que habla de la influencia que como delegado (hoy Alcaldía) tuvo para que los trabajadores de las empresas constructoras la removieran y después la volvieran a colocar en el mismo sitio. Como colofón, el 3 de mayo de 2021, la también llamada Línea Dorada que avalara su construcción el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, actual canciller del régimen lopezobradorista, la estación Olivos registro un fatal derrumbamiento con la muerte de una veintena de usuarios y decenas de heridos.

6.- El fundador del partido político socialdemócrata mexicano Luis Sánchez Aguilar, falleció en accidente automovilístico el miércoles 3 de diciembre a los 56 años de edad. Fue ex diputado y líder del Partido Social Demócrata (sin registro), perdió la vida en un accidente automovilístico ocurrido en la autopista México-Acapulco. Luis Sánchez, hijo del desaparecido político, precisó que su padre murió aproximadamente a las 13:30 horas del miércoles a causa de contusiones profundas en el tórax y múltiples fracturas en el cráneo sufridas en el accidente. El percance ocurrió cerca de la ciudad de Iguala, en el kilómetro 170 de la autopista del Sol, cuando el Golf placas 323-HMX del Distrito Federal en el que viajaba, se impactó contra una camioneta. En la colisión resultó lesionado el conductor de la unidad, Roberto Casas, quien fue trasladado a la ciudad de Cuernavaca, Morelos. Luis Sánchez Aguilar pereció instantáneamente. El hijo del político informó que Sánchez Aguilar se dirigía a Chilpancingo para participar en un acto del Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional. Luis Sánchez Aguilar fue fundador e impulsor del Frente Democrático Nacional; obtuvo el doctorado en la Universidad de la Sorbona; fue distinguido en 1996 con el Premio Nacional de Economía y el año siguiente con el Premio Nacional de Administración Pública. Al morir, continuaba su trabajo político al frente del PSD, que aleatoriamente le dio seguimiento a la defensa de los trabajadores de la ex Ruta 100. Los restos del ex diputado federal fueron velados en la agencia funeraria Gayosso de la calle Félix Cuevas.

7.- Se presume que todos estos asesinatos, que figuraron como una coparticipación política en el caso ex Ruta 100, fueron ejecutados intelectualmente por órdenes de Ernesto Zedillo Ponce de León, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en complicidad gubernamental con importantes y connotados funcionarios de su época, como… Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Gobernación. Óscar Espinosa Villarreal, Regente del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México; y… aleatoriamente por…Saturnino Agüero Aguirre, Presidente del TSJDF.

“El ojo del huracán del caso Polo Uscanga, sigue vigente”, puntualizó Cuellar Valdez, quien anunció que ante las restricciones sanitarias por la pandemia del Covid-19, la Comisión Liquidadora del SUTAUR-100, celebrará el jueves 17 de junio de 2021, a las 11.00 horas, una conferencia de prensa a la entrada de la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

Posterior a ello, se continuará con un pacífico mitin que conmemorará el Vigésimo Sexto Aniversario del Crimen de Estado cometido en contra del Magistrado Abraham Polo Uscanga, depositando una corona de flores en memoria de tan ilustre mexicano, defensor de la autonomía del Poder Judicial, a la entrada de la sede de la Casa de Justicia de la Ciudad de México.

Una vez terminando el Homenaje al Magistrado Abraham Polo Uscanga, una comisión de trabajadores miembros del SUTAUR-100, llevará otra corona de flores para depositarla al pie de su cripta del  Panteón Jardín de la Ciudad de México.

Reportero Free Lance *

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